La antigua base de la OTAN formaba parte de una red troncal que cruzaba Europa desde Noruega hasta Turquía: 49 estaciones en total, a unos 300 kilómetros unas de otras, conectadas a la red de Estados Unidos a través de Groenlandia, que se comunicaban entre sí aprovechando la troposfera, de ahí el nombre de Troposcatter.